¿Será que el gobierno está tropezando con la misma piedra? Puede ser. El caso es que el ministro París dijo que el panorama estaba mejorando, pero los expertos no gubernamentales llaman a leer con más cuidado las cifras que entrega La Moneda. Quizás el dato más importante sea otro, no precisamente el referido al número de contagios. Y el problema es que el dato importante no se ve muy favorable para sustentar tanto exitismo y autocomplacencia.

¿Hay razones para hablar de una “leve mejoría” a casi dos meses de que finalice el invierno? ¿Qué datos nos animarían a descorchar las botellas de champaña? ¿Podríamos celebrar cuando ya nos acercamos a las 10 mil muertes? 

Aunque no lo digan ni quieran reconocerlo, se vuelve a sentir en el ambiente un tufillo prematuramente triunfalista a partir de señales bastante tenues. Y muchos temen que se acabe por instalar un clima muy parecido al que se provocó con la “nueva normalidad”, ese fallido concepto que propició, duela a quien le duela, un relajo prematuro que acabó por disparar las tasas de contagio y mortalidad en Chile

“Hay que ser cautos”, sostiene Matías Goyenechea, director de Fundación Creando Salud, quien reconoce una baja en el número de contagios informados por el gobierno, “pero eso se puede explicar de múltiples maneras”, agrega, sin mencionar que, asimismo, y según el mismo gobierno reconoce, ha disminuido ostensiblemente la cantidad de test realizados. ¿Hay menos casos positivos porque hay menos menos personas sintiéndose enfermas, o será que, pese a sentirse enfermos o a tener sospecha de tener el virus, muchos prefieren simplemente no consultar? Por de pronto, afirma Goyenechea, “está la posibilidad de que haya menos consultas porque las personas no quieran acercarse a los centros asistenciales”

“Este dato de la disminución de casos positivos, si bien puede ser una señal positiva, tenemos que contrastarlo con otro que sigue siendo muy malo y preocupante: el índice de positividad, que es la cantidad de test positivos del total de muestras recogidas, y este indicador sigue arriba del 25%. ¿Qué quiere decir esto? Que de cada 100 test que hacemos, 25 dan positivo. Y eso es mucho. Por eso es que me parece irresponsable hablar de una leve mejoría, ya que la circulación del virus todavía sigue siendo alta”, agrega. ¿Relajar las cuarentenas? “Ni hablar. La situación sigue siendo sumamente grave. Por eso preocupan estos mensajes, pues puede confundir a la población ya que pueden incidir en cambios de conductas”, afirma más tarde.

No hay muchos elementos nuevos que nos permitan suponer un cambio drástico en los indicadores gracias a la gestión de París. “Con su llegada se nota un cambio comunicacional en términos de que la performance es distinta, incluyendo en sus vocerías a expertos, autoridades comunales, en fin; pero no se advierte hasta acá un cambio significativo en la gestión de las crisis, en términos de gobernanza y estrategia. La mesa social y el consejo asesor sigue con los mismos actores de antes”, sostiene Goyenechea.

El director de Fundación Creando Salud señala además la clave está en la trazabilidad, es decir, rastrear la capilaridad del contagio, una labor que no fue bien valorada por Jaime Mañalich en su minuto. De momento, el gobierno continúa arrastrando los pies si consideramos que tiene a menos de mil personas dedicadas a esa labor, muy por debajo de los “9 mil que pide el Colegio Médico. Esto, sumado al aislamiento efectivo de los casos, permitirá erradicar o limitar la circulación del virus. Y hasta ahora no veo un énfasis ni celeridad en implementar esto que necesitamos para lograrlo”, concluye.  

El Soberano

La plataforma de los movimientos y organizaciones ciudadanas de Chile.

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