Los ocho países que integran la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) firman la Declaración de Belém durante la Cumbre Amazónica. El documento consolida la agenda consensuada de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela para la región. La Declaración de Belém contiene 113 objetivos y principios transversales.
Según el documento, “la OTCA es la única instancia de coordinación intergubernamental de los ocho países amazónicos para el desarrollo conjunto de proyectos y acciones que produzcan resultados equitativos y beneficiosos para los países amazónicos, debido a su institucionalidad, su amplio conocimiento de la región y la relevante experiencia de su Secretaría Permanente en la coordinación del diálogo y la implementación de iniciativas de cooperación para el desarrollo”.
La Declaración aborda temas como: Fortalecimiento institucional de la OTCA; Ciudades amazónicas; Parlamento amazónico; Ciencia, educación e innovación: conocimiento y emprendimiento en la Amazonia; Monitoreo y cooperación en la gestión de los recursos hídricos; Cambio climático; Protección de los bosques, las zonas costeras amazónicas, los ecosistemas vulnerables y la biodiversidad; Cooperación policial, judicial y de inteligencia en la lucha contra las actividades ilícitas, incluidos los delitos ambientales; Infraestructura sostenible; Economía para el desarrollo sostenible; Salud; Seguridad y soberanía alimentaria y nutricional, así como Protección social.
¿Qué es la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica?
En 1978, los ocho países salpicados por la Amazonia firmaron el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) para “promover el desarrollo armónico de los territorios amazónicos”.
No obstante, no fue hasta 17 años después, en 1995, cuando se fundó la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) cuya sede se estableció en Brasilia. Desde entonces, se definen como “un foro permanente de cooperación, intercambio y conocimiento, orientado por el principio de reducción de asimetrías regionales entre los países miembros”. Todo ello englobado en acciones de cooperación “que resulten en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la Amazonía”.
Además, algunos de sus sus objetivos estratégicos, que define la propia OTCA, son los siguientes:
- Facilitar el intercambio y la cooperación promoviendo el desarrollo sostenible y modos de vida sustentable con carácter estratégico en la región a fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, con énfasis en las poblaciones vulnerables, los pueblos indígenas y otras comunidades tribales.
- Promover el aprovechamiento de los recursos Amazónicos dentro del respeto y armonía con la naturaleza y el ambiente.
- Fomentar y diseminar la cultura de los pueblos que habitan en la Región Amazónica así como fomentar el respeto y la protección de los conocimientos y saberes ancestrales y actuales de la Región Amazónica.
Aun así, pese a la existencia de este organismo, un estudio publicado por la revista científica Science estima que el 17% de la Amazonia ya ha sufrido la deforestación, mientras que un 38% de la selva podría estar degradada. Con la Declaración de Belém, los ocho países buscan revertir la situación, aunque sin objetivos cuantitativos concretos.
Aquí Declaración de Belém completa
Foto: Gobierno de Brasil.