Son tantos y tan surtidos respecto de posiciones y colores políticos, que si los mencionáramos a todos equivaldría a reeditar la antigua “Guía Telefónica”. Como ello es imposible, porque a los niñitos de ahora leer después de un tercer párrafo suele darles una lata espantosa, apelamos a la eterna y siempre sabrosa fórmula del ranking.

*Lautaro Guerrero

Alguien, alguna vez, dijo que Chile era un país de poetas. Claro, por la Mistral, por Neruda, ambos Premios Nobel de Literatura. Pero también por el valioso aporte a las letras nacionales de un Pablo de Rokha, de un Vicente Huidobro, de un Nicanor Parra o un Raúl Zurita.

Es verdad. Sin embargo, a estas alturas eso parece haber quedado definitivamente atrás. El estallido social que remece Chile por casi dos meses, con manifestantes que parecen haberse replegado estratégicamente para tomar vuelito en cualquier momento, ha dejado más que claro que de “país de poetas” pasamos sin ningún tipo de transición al “país de los car´e raja”.

¡Qué manera de haberlos…! Y con una abundancia que asusta. Porque cuando una sociedad como la nuestra es cooptada groseramente por pícaros y pillines de todos los colores políticos, de todas las raleas, es como para unirse a Mafalda, el entrañable personaje de Quino, y pedir que paren el mundo, porque yo también me quiero bajar.

Son tantos, que nombrarlos a todos sería algo muy parecido a reeditar esa vieja y voluminosa “Guía Telefónica” que repartían por las casas cuando sólo existían los teléfonos fijos y no esas maquinitas infernales de ahora, que dicen que sirven tanto como embrutecen: los celulares.

O sea, en beneficio del espacio, y porque una lista de frescos de esa magnitud sería una lata espantosa, no queda otra que hacer un ranking. 

Un ranking de los caraduras, de los “carepalo”. En chileno simple, de los “car´e raja”.

¿Por quién empezar, mi Dios, cuando son tantos los candidatos…?

Por supuesto: por nuestro primer mandatario. Por nuestro capaz y honesto Presidente, Sebastián Piñera Echeñique.

Porque hay que ser muy car´e raja para ordenar desde Palacio una Cadena Nacional para anunciar que, a partir de hoy, se perseguirán los delitos de cuello y corbata. Es decir, colusiones, compra de acciones con información privilegiada y evasión tributaria, entre otras travesuras.

Pero si quien más ha cagado al Fisco eres tú, pues, Tatán. Comprando acciones de LanChile con información privilegiada, no pagando durante tres décadas las contribuciones de tu cabañita de veraneo en el Lago Caburgua y comprando empresas “zombies” para luego pasarte por el aro, una vez más, a Impuestos Internos.

¿No fuiste tú, además, pillín, quien se robó el Banco de Talca? Creo que sí, aunque en este caso podría aplicarse perfectamente aquello de que ladrón que le roba a otro ladrón, tiene cien años de perdón.

¿No eres tú quien ha depositado millones y millones de dólares en paraísos fiscales, lo que no te impidió señalar, en su momento y frente a una cadena de televisión extranjera, que los paraísos fiscales debieran ser prohibidos, porque se prestan para todo tipo de sinvergüenzuras? Esa consecuencia tuya te juro que me encantó cuando hace unos días supe que estabai sacando como loco tu plata hacia el extranjero. Hacia paraísos fiscales, por supuesto.

Por eso, verte pontificando contra los delitos de cuello y corbata en los patios de La Moneda me produjo una emoción y ternura que ni te cuento. Nunca es tarde para elegir el buen camino, decían el Cabro Carrera y el Loco Pepe, con el trajecito a rayas puesto.

Viene en este escalafón, muy de cerca, José Antonio Kast, presidente del Partido Republicano (¿de verdad existe esa cuestión?).

¿Qué ha dicho recientemente Joseph, entre tanta burrada? Que el sólo hecho de estar pensando en llamar a enterrar la Constitución de su tatita e ídolo es ilegítimo, porque a esa decisión se llegó “a través de la violencia”. Sí, tal como lo leen: “a través de la violencia”.

Me imagino que se refiere a la violencia de los manifestantes que durante dos meses casi le han fregado la pita al gobierno y a los partidarios acérrimos del oasis, que dicho sea de paso son cada vez menos.

Debo suponer, entonces, que desde 1973 en adelante nos convertimos todos en unos idiotas, creyendo equivocadamente que la sangrienta y cobarde dictadura del patán Pinochet había sido fruto de un Golpe de Estado tan artero como violento. Y no, por lo que dice Joseph, parece que el huaso bruto con galones le pidió permiso con todo respeto, al estilo “Mago” Valdivia, a Salvador Allende para desalojarlo y ocupar pacíficamente su lugar en La Moneda.

Porque si el cambio hubiera sido tan violento y sangriento, como erróneamente creíamos todos, ¿cómo se explica entonces que este muchachín tan demócrata y bien intencionado, tan amigo de la “no violencia” al estilo Gandhi, pusiera al Tirano en un altar y hasta el día de hoy le siga prendiendo velitas?

Gracias, Joseph Anton, por sacarnos de este error histórico profundo a través de tu sabiduría y buen tino.

Le sigue a Joseph el sibilino y vivaracho Cristián Larroulet, jefe de asesores de La Moneda (del famoso “segundo piso” que le llaman) y que ya en el primer gobierno piñerista se desempeñara como ministro secretario general. 

Con un desparpajo notable, pero muy propio de los tipos de su calaña, durante un seminario llevado a efecto en Miami y organizado por una Fundación del escritor peruano Mario Vargas Llosa, Cristiancito señaló que buena parte de la responsabilidad del estallido social producido en Chile se había debido a la activa presencia de “sectores radicales, promotores de las ideas chavistas del Foro de Sao Paulo”.

Lo extraño es que, teniendo un dato de tal relevancia, y siendo parte de este gobierno, Cristiancito jamás haya hecho la denuncia ante los organismos pertinentes. Actualízate, gil. Porque tu acusación suena tan delirante y al cuete como aquella de que, durante la Unidad Popular, teníamos infiltrados en el país como a 20 mil guerrilleros cubanos, listos para reforzar el chanta “Plan Z”.

La diferencia, Cristiancito boca suelta, es que hoy la gallada mayoritariamente no se traga esos sapos. ¡Si Chile quedó convertido en Chilezuela fue gracias a este gobierno rasca del que tú formas parte…!

Sigue en el listado el abogado Luis Hermosilla, que defendió con menos brillo que zapato de gamuza a Chadwick en la acusación constitucional. ¿De dónde sacaste, Luchito, que podiai defender lo indefendible? Yo creo que el chocoso a cobrar debe haber sido lo suficientemente sustancioso como para arriesgar el papelón que finalmente hiciste, pero quefrente a eso, y a los tiempos que corren, cualquiera disimula las arcadas.

Te ubico en este ranking no por defender al “Cabeza de chancho”, porque al fin y al cabo tu pega nomás haciai, sino por lo que dijiste una vez conocido el resultado de la acusación: que “no descartamos recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. ¡Ubícate, poh Luchito…! La Corte esa harto recargada de pega está como para que le tirís además este paquetito. No sólo eso: los tipos se te reirían en la cara sin ningún tipo de disimulo y sin ningún respeto por tu alta investidura. 

Una vez hecha la pregunta de rigor, es decir, cuántos muertos, cuántos torturados, cuántas vejaciones y pérdida de ojos sufrió la cabrería durante esta zafacoca, capaz que al primo hasta le suban la pena, y en vez de estar cinco años sin poder ejercer algún cargo público en Chile, le tiren perpetua para Chile y sus alrededores. Después de todo, la “globalización” no sólo va a servir para llevar y traer plata por el mundo jodiéndose a los pueblos, ¿no te parece?

Siguiendo a Josef, a Larroulet y a Hermosilla, se nos aparece el inefable Iván Moreira, senador de la República gracias a los tontorrones de este país y al “raspado de la olla” de Penta.

Brutazo, ignaro como el que más, a Ivancito no se le movió un músculo de la cara para, en su afán de salvar a Andrés Chadwick de la acusación constitucional que finalmente se lo mandaría con toda justicia cortado, citar a Winston Churchill y a Martin Luther King en su infumable perorata ante el Congreso. 

¡Cáchense la ondita…!

Aparte que el gordito del puro y el pastor de los derechos civiles de los negros estadounidenses deben haberse dado un buen revolcón en sus tumbas, se espera para cualquier momento la querella de los familiares de Sir Winston y de la Fundación que se encarga de preservar la memoria y el legado de este formidable defensor de los derechos humanos, asesinado por el odio racial el 4 de abril de 1968, en Memphis.

¿A quién querís convencer, Ivancito, que sabís algo de la vida de estos personajes, cuando para terminar la enseñanza media tuviste que hacer un hoyo en la muralla, única forma de agarrar una peguita de matón en una discoteca de mala muerte en Punta Arenas?

Alguna vez escuchaste que los libros muerden y, cabro sano como eras tú, te propusiste jamás agarrar uno, para no ponerte en riesgo.

Se nos aparece ahora otro inefable: Pepe Auth, que le dio la espalda al sentimiento del pueblo, que se dejó engrupir para elegirlo diputado, votando en contra de la Acusación Constitucional en contra de Piñera. 

Ya sé: no cualquiera hubiera querido estar en tus zapatos, teniendo una hija que se gana los garbanzos trabajando para este gobierno. El problema, pues Pepito, que no es la primera llegada estrecha que se te conoce como político de oposición más amarillo que la cresta.

Fuiste tú, entre otros frescolines, quien saltó como un resorte cuando los cabros nuevos que llegaron al Congreso cuando ya tú eras zorro viejo en esos malabares -me refiero a Gabriel Boric y Giorgio Jackson-, propusieron de entradita una sustancial rebaja de la dieta parlamentaria, absolutamente obscena para lo que gana en este país el grueso de la gallada.

Gritaste más que mariachi quebrado, lo cual no sería del todo censurable. El problema, pues Pepito, fue el argumento que usaste para defender tu irritante privilegio: que como eras separado tenías dos casas, y que si te rebajaban la dieta a la mitad no ibai a tener con qué parar la olla ni en la Cancha 1 ni en la Cancha 2.

¿Era culpa del país, frescolín, que por travieso tuvierai que financiar dos casas al unísono? ¿Quién te mandó a meter la pata y a separarte luego? ¿La gente?

Confieso que hasta estuve tentado ubicarte en este ranking dos escalones más arriba. Por sinvergüenza y descarado.

Matías Walker fue otro de los DC que, integrantes del “Partido del Orden”, rechazó la “cuestión previa” de la Acusación Constitucional contra Su Excelencia (¿a quién se le ocurrió esta cursilería con el nivel que hemos tenido en los últimos tiempos?), lo que significó, ni más ni menos, que ni siquiera pudieran escucharse los argumentos a favor y en contra. Es decir, calibrar si Piñera había hecho o no una vulneración de los derechos humanos del pueblo y, en mérito a ello, decidir si el señor Corales terminaba el período que le queda o, simplemente, cerraba la puerta por fuera y se dejaba de una buena vez de fregarle la cachimba a esos ciudadanos que, a estas alturas del partido, ya no lo quieren ver ni en pintura.

Matías, de una familia de políticos DC profesionales, fue uno de los que más combatió a Camila Vallejo y su proyecto de las 40 horas semanales. Nada que pueda extrañar de un tipo que, al igual que sus hermanos, Patricio e Ignacio, se ha ubicado siempre cerquita del poder.

Mientras “Patito” fue uno de los que metió en política a Iván Fuentes, modesto pescador artesanal de Aysén para transformarlo en diputado de la República, instándolo a recibir dineros sucios de una poderosa pesquera del sur para financiar su campaña, “Nachito” -ex canciller de Ricardo I- no se ha cansado de repetir, desde que partió la revuelta popular, que pedir la renuncia al Presidente sería un error monumental. El Armagedón, según sus sabias palabras, sería una alpargata de producirse tamaño vacío de poder. Si Chile no desaparece, pasaría raspando…

Cierra este poco edificante ranking René Alinco, diputado por la Región de Aysén y que también se opuso a que Piñera fuera sentado en el cajón con vidrios.

Alinco, que desapareció un período de la Cámara para luego volver con bríos renovados por Aysén después que Iván Fuentes se declarara asqueado de la política, es el equivalente de Moreira en lo que politólogos y zopencos gustan llamar “la izquierda política chilena”(eso desde Allende que no existe, agilaos). Porque es tan patán y tan bruto como su colega senador derechista.

Y, además, extremadamente jugoso, para no decir derechamente ordinario y escandaloso, como quedó de manifiesto cuando, en agosto de 2010, fuera sorprendido allá en el sure por los pacos, haciendo todo tipo de cochinadas con una damisela en una camioneta estacionada bien en lo oscurito. ¿No tuviste, gil rasca, unas 40 luquitas para pagar un motel? Digo, por lo que me han contado.

Es decir, Alinco será todo lo picante que se quiera en sus escarceos amorosos, pero respetuoso a rajatabla de la institucionalidad que nos rige.

Su ubicación en este último escalón del ranking es, sencillamente, porque no dai para más poh Renecito. Pesai menos que paquete de cabritas, y de seguro que si te paseai por Ahumada no te conoce nadie.

Lo dicho: cortémosla con la monserga de “Chile, país de poetas”. Pongámonos al día y aceptemos que, hoy por hoy, entramos con todo derecho a pelear en los rankings mundiales de los car´e raja con la cantidad y la “calidad” de los exponentes que tenemos.

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