Por Patricio Segura Ortiz, Periodista.
La elección de convencionales constituyentes de mayo último tuvo múltiples características creadas específicamente para tal proceso. La sui generis convocatoria fue la antesala para implementar figuras electorales que venían siendo exigidas por la ciudadanía desde hace tiempo pero que la institucionalidad se había negado a concretar.
Una de ellas, la posibilidad de contar con padrón y escaños reservados para representantes de los pueblos originarios. Una demanda transversal, tanto así que hoy la presidencia de la Convención Constitucional es ejercida por Elisa Loncón Antileo, académica mapuche, lingüista y activista por los pueblos indígenas.
Loncón tiene historia en la causa mapuche. En julio de 2013, en el marco de la iniciativa Nueva República, se organizó en Santiago el lanzamiento del Manifiesto “Plebiscito para una nueva Constitución”, actividad en la cual una de las oradoras fue precisamente la hoy convencional. En la ocasión se dirigió a los presentes en mapuzungun y en español. Y nadie reclamó ni se quejó, porque se comprendía el sentido del gesto. Los resultados de dicho encuentro fueron publicados en el libro “Plebiscito para una nueva Constitución” que editáramos junto a Jaime Ensignia, Manuel Antonio Garretón, Carlos Ominami y Patricio Rodrigo.
La elección de la Convención Constitucional también avanzó un paso más en equidad de género en política. A la paridad en la conformación de las listas y un porcentaje extra de reembolso por los votos obtenidos por mujeres, se agregó paridad de salida: en los casos de número impar de escaños a completar, ningún sexo puede superar al otro en más de un/a electo/a. Donde haya cupos pares, el número de electo/as debe ser igual.
La tercera innovación se relacionó con los y las independientes. La inscripción y la recolección de patrocinios se pudieron realizar online en el portal del Servel, vía clave única. E incluso tuvieron la posibilidad de formar listas, bajo los principios del sistema D’Hondt, para competir con mayor igualdad de condiciones con los pactos de los partidos constituidos. Así nació, por ejemplo, la lista A PULSO “Por el buen vivir” que conformamos en la región representantes del movimiento ambiental, social y cultural de Aysén.
Esta última figura, la de independientes conformando listas, debiera hoy ser parte de la discusión en el caso de renunciar el convencional de la Lista del Pueblo Rodrigo Rojas Vade, alternativa que requiere -según han señalado los expertos- de una reforma constitucional, ya que esta elección se homologa a la de diputados.
Hoy en el Congreso, cuando un legislador no puede ejercer más el cargo es el partido el que nomina a su sucesor. Y éste puede ser cualquier persona, gente por las cuales no votó nadie incluso. Se actúa así porque se entiende que el candidato o candidata no se representa exclusivamente a sí mismo, sino a una visión política anclada al partido o al pacto.
Rodrigo Rojas compitió en el Distrito 13 (Renca, Recoleta, Cerro Navia, Conchalí, Huechuraba, Independencia, Lo Prado, Quinta Normal, en la región Metropolitana), donde se presentaron 50 postulantes, distribuidos en 9 listas. Durante el Plebiscito constitucional, en esta división electoral el Apruebo alcanzó un 85,2%.
La Lista del Pueblo obtuvo un 24,4% de los votos, siendo electos en primer lugar Ingrid Villena con 19.801 sufragios y segundo Rojas Vade con 19.312.
La Lista del Apruebo, con su 21,2%, logró instalar en la Convención a Malucha Pinto con 29.080 preferencias. Y Apruebo Dignidad (15,8%) a Marcos Barraza (11.208 votos), ya que aunque obtuvo menor votación que su compañera de lista Natalia Aravena (13.799 votos), el primero fue electo por paridad.
Los otros candidatos de la Lista del Pueblo de dicho distrito fueron Andrés Cuevas (4.333 votos), Marcela Sarmiento (3.058 votos) y Jesús Colque (2.969).
Hoy por hoy, cuando los llamados desde la institucionalidad claman, con justa razón, por la renuncia de Rojas Vade, es preciso recurrir a los principios que impregnan los sistemas electorales. En el sistema D’Hondt, que uno vota por la lista no sólo por la persona.
Así las cosas, en la discusión de la reforma constitucional que viabilice la salida del independiente debiera considerarse su reemplazo por un o una compañera de lista que representa el programa común, aplicando las restricciones de paridad. En esta caso, el electo debiera ser Andrés Cuevas.
Está claro que no es el óptimo desarrollar las políticas públicas al ritmo del caso a caso, sin embargo nunca antes se habían conformado listas de independientes por tal no es aplicable 100 % la homologación a la elección de diputados.
Es posible que la derecha, que sería beneficiada con un convencional menos de entre quienes quieren transformaciones de fondo, no se allane a una reforma que permita su reemplazo por un o una compañera de lista, aprovechando el alto quórum que requiere dicha modificación.
Será ese, entonces, el momento en que una vez más se pondrá a prueba la coherencia política de quienes defienden el sistema de conglomerados y pactos, necesario también por cierto, más allá de la pequeña ganancia electoral.