Este lunes se conmemoró un nuevo 11 de septiembre a 50 años del quiebre de la democracia en 1973. A cinco décadas de la irrupción de una dictadura civil-militar en el país, el Gobierno realizó una serie de actividades en el Palacio de La Moneda en las que se destacó la importancia de resguardar la democracia y el respeto irrestricto de los derechos humanos, vulnerados de manera sistemática durante 17 años.
Desde el Palacio de la Moneda, en Santiago, el mandatario Gabriel Boric, emitió un discurso en el que subrayó que “es muy importante afirmar con claridad que no es separable el Golpe de Estado de lo que vino después”, al referirse a la ola de crímenes contra todo aquel que pensara distinto y se opusiera a la dictadura.
“Desde el mismo momento del golpe de Estado se violaron los derechos humanos de los chilenos y chilenas”, recalcó Boric. Más de 40.000 personas fueron víctimas de ejecuciones, desapariciones forzadas y torturas, entre otros delitos, según estimaciones del Ministerio de Justicia, con base en investigaciones de varias comisiones.
Es “una historia que es compartida, que trajo muerte, que trajo sufrimiento, persecución y pobreza a nuestra patria (…) Que nunca más la violencia sustituya en nuestra convivencia el debate democrático”, señaló Boric en su intervención.
Reflexiones
“Ninguna diferencia puede llevarnos a perder el respeto esencial que nos debemos como parte de un mismo país. Nunca podemos tratarnos como enemigos, nunca la violencia es alternativa a la solución nacional de los desacuerdos. Nunca la dignidad del ser humano puede subordinarse a ningún objetivo político”, señala el texto con adhesión de todas las bancadas política del Senado.
Hay una patria esperando a las nuevas generaciones en el continente. Siempre que llovió, paró, y los humanos necesitamos esperanza. Por lo tanto, a pesar de todos los pesares, soy optimista”. José Pepe Mujica.
“Como Asociación reforzamos nuestra responsabilidad social fundamental de defender los valores democráticos, el respeto irrestricto de la dignidad humana, la rigurosidad y la búsqueda exhaustiva de la información como derecho humano para que la ciudadanía esté debidamente informada. Sin libertad de prensa, no hay democracia. Es nuestro mandato como profesionales de las comunicaciones, defender los valores democráticos, en el ejercicio libre de nuestra profesión, con altos estándares profesionales y éticos, en la búsqueda de la verdad”, Asociación Nacional de Mujeres Periodistas de Chile (ANMPE)
“Viajé mucho para solidarizar con el pueblo de Chile. Es importante que todas las personas que defienden la paz, justicia, libertad e igualdad hablen en contra del fascismo donde ocurra, ya sea en Chile o Estados Unidos”. Tom Morello.
“Esa historia de resistencia y recuperación democrática que representa lo mejor de Chile y ha motivado el aprecio del mundo, merece ser aún más destacada en este cincuentenario, porque es tan constitutiva de la actual sociedad chilena como la catástrofe y el policidio sobre los que debería prevalecer”. Alfredo Riquelme
“El golpe militar le puso la lápida a la “Vía chilena al socialismo” que consistía en transitar hacia el socialismo, por primera vez en la historia, a través del voto y el respeto a las instituciones democráticas. Décadas de hegemonía leninista o derechamente castrista en gran parte de las izquierdas quedaban atrás para dar paso a una propuesta novedosa que generó gran interés mucho más allá de las fronteras de Chile. En países de la importancia de Italia y Francia, con los dos más grandes partidos comunistas de Occidente, la experiencia chilena era vista con particular interés. La cara opuesta era la preocupación del gobierno norteamericano, encabezado por Richard Nixon y asesorado muy de cerca por Henry Kissinger quienes veían en la tentativa de Allende un peligro que debía ser conjurado a como diera lugar. Y finalmente lo consiguieron“. Carlos Ominami.
“A 50 años del golpe militar, la teoría de Arendt es útil para mirar las luces y las sombras de esta conmemoración. Es un faro moral más exigente que sirve para evaluar una serie de discursos que se manifiestan como una fábula que reconstruye nuestra historia reciente, presentándola como una zona elástica de grises e inversiones morales. En ella, el quebrantamiento de la democracia aparece como algo “inevitable”, causado por la (supuesta) inviabilidad de un determinado programa político; mientras las víctimas son implícitamente responsabilizadas por su propia suerte. Esa narrativa, aparentemente legítima o inocua, carcome los cimientos de la democracia, reduce el aprendizaje moral y, por consiguiente, nuestra capacidad como sociedad de custodiar los derechos humanos”. Yanira Zúñiga
“Probablemente, este tipo de hitos son responsables de una carga perniciosa donde Estados Unidos figura como cómplice de la dictadura. Sin embargo, la historia ha tendido a omitir la otra cara de la moneda, en donde innumerables políticos y activistas de Estados Unidos alzaron su voz de condena tanto al quiebre de la democracia en Chile como a la violación de derechos humanos posterior”, embajador Juan Gabriel Valdés.