Una razón más para acabar con el sistema de capitalización individual es su vinculación con el aparato productivo extractivista que tanto afecta a chilenos y chilenas. Un estudio ahora echa luz sobre esta terrible paradoja interseccional entre la ausencia de un sistema de pensiones que atienda las necesidades de las personas y la falta de resguardo de los ecosistemas, toda vez que nuestros propios ahorros engordan las utilidades de quienes destruyen nuestra propia calidad de vidaa, creando incluso zonas de sacrificio.

Increíblemente -aunque en el realismo mágico del neoliberalismo chileno nunca nada es increíble-, todo el dinero que nos obligan a ahorrar termina en las mismas empresas que, como el grupo Penta y SQM, se han encargado de corromper al país. Pero eso no es todo: un estudio de la Fundación Sol determinó que, para colmo de males, son miles de millones de dólares de nuestros ahorros forzosos los que terminan en las sucias manos de industrias extractivas y contaminantes que más estragos ocasionan a los ecosistemas de nuestro territorio. 

Es lo primero que se desprende de un estudio dado a conocer por la organización independiente denominado “Inversiones de las AFP en empresas extractivas y de alto impacto ambiental”, trabajo que concluye de manera categórica que “esta relación implica que el ahorro de las y los trabajadores se utilice -mediante la compra de acciones, bonos y otros instrumentos- para la capitalización de empresas cuya actividad se basa en la apropiación de recursos”.

El trabajo recién publicado contó con los aportes de los investigadores Recaredo Gálvez, Benjamín Sáez, Andrea Sato y Caroline Stevens, y determinó que 9 de cada 10 pesos van a parar a sectores responsables de destruir y contaminar amplias superficies de territorio, “siendo los más relevantes el eléctrico y la celulosa, ambos con proyectos emblemáticos en términos de daño ambiental. Junto al sector de hidrocarburos, el transporte y el minero, superan los mil millones de dólares en inversión desde las AFP.”.

“Las empresas extractivistas y de alto impacto ambiental constituyen un destino de inve rsiónprivilegiado para las AFP”, señala a modo de conclusión, del mismo modo que advierte sobre las consecuencias que podría generar una agenda gubernamental de reactivación económica post-pandemia que “da cuenta de un fortalecimiento de las garantías que se entregan a los proyectos extractivistas y un relajo de las normativas”, aun cuando su impacto en la absorción de trabajadores es de apenas el 6% del total.

“Otra de las características de la inversión es su alta concentración, pues de las sociedad seleccionadas, las 10 principales empresas emisoras concentran un 56,3 % del total de acciones y bonos comprados por las AFP en este tipo de empresas. Se trata de un grupo de empresas ligadas a grandes grupos económicos nacionales o multinacionales, como los grupos Matte, Angelini, Luksic, la italiana ENEL y algunas empresas del Estado”, añade.

El Soberano

La plataforma de los movimientos y organizaciones ciudadanas de Chile.

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