Luis Mesina, coordinador de No Más AFP, cree que el gobierno de Piñera apuesta al desgaste del movimiento social, lo que se revela en su reticencia a hacer cambios estructurales, aunque sea mínimos. “Hasta ahora sólo sabemos de una agenda mezquina que no atiende los problemas que afectan a las familias chilenas”.
La debilidad y desorientación del Presidente Piñera es de tal magnitud, que a su gobierno no le queda más que comportarse de la manera más demagógica posible. Se explica así, entonces, la decisión de hacer gestiones para aminorar la deuda que tienen los conductores por el no pago del TAG a las empresas concesionarias de autopistas, máxime cuando sabemos que el Fisco corre serio riesgo de sufragar parte de esa deuda si atendemos la clásica negativa de las compañías por sacrificar parte de su rentabilidad.
De hecho, muchos criticaron el anuncio de entrega de un bono de 100 mil pesos a las familias más necesitadas del país. No ya porque les parezcan malas las transferencias per sé, sino porque la falta de convicción en ellas revela una actitud demagógica, populista y oportunista de este gobierno. Al menos así lo cree el coordinador del movimiento No Más AFP, Luis Mesina: “Es un mensaje poco coherente porque tampoco se hace una valoración de esas transferencias en países con tan mala distribución del producto”, declaró, al tiempo que expresó su preocupación ante nuevas acciones demagógicas capaces de “afectar los equilibrios fiscales”.
“Cien mil pesos es harta plata para familias vulnerables y siempre vienen bien para enfrentar las fiestas de fin de año. El problema es que esa plata se irá en la Navidad y no habrá solucionado nada. Es muy preocupante que el Presidente Piñera sienta la tentación de sumar y sumar bonos para calmar a la ciudadanía”, agregó.
Mientras tanto, el Gobierno arrastra los pies (y el poncho) en lo que respecta a las verdaderas demandas del pueblo chileno, aquellas que tienen que ver con los problemas estructurales de su ordenamiento económico. Es evidente, incluso, que Piñera Echeñique está apelando al desgaste, una idea compartida por Luis Mesina, integrante de la Mesa Social, actor presente en la reunión que este conglomerado de movimientos sociales sostuvo con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
“Efectivamente apuesta al desgaste. Se nota en su reticencia a hacer cambios estructurales, aunque sea mínimos. Hasta ahora sólo sabemos de una agenda mezquina que no atiende los problemas que afectan a las familias chilenas”, aseveró Luis Mesina.
“En el fondo, Piñera invierte plata fiscal para tratar de mantener intacto el modelo, porque eso es lo que quiere lograr él: que la gente vuelva a la casa, que celebre la Navidad y piense en las vacaciones de verano. Pero hasta aquí no hay una sola palabra sobre las cosas que movilizan al país, como las pensiones, salud, vivienda, salarios”, señaló más tarde. Y en esto la opinión de Mesina es más que atendible, pues se sabe que la demagogia es un vicio, vieja enfermedad de las democracias latinoamericanas de las que una parte de Chile siempre quiso mostrarse distante.
Es obvio, según el coordinador de No Más AFP, que las intensas movilizaciones provoquen agotamiento en la población acuciada por tantas necesidades. “Pero se equivoca Piñera si trata de desactivar el movimiento social por la vía del desgaste, porque en marzo, un mes muy complicado para las familias chilenas, esto retornará con mucha más fuerza”, agregó.