Surgen las preguntas apenas se observan las conclusiones de un estudio de la Fundación Sol sobre las diferencias que hay entre lo que el Estado gasta en pensiones para uniformados y los civiles. ¿Qué justifica tamaña brecha? ¿Es suficiente justificarlo con la peligrosidad de la labor militar en circunstancias que Chile carece de hipótesis de conflicto?
Y una pregunta que cae de cajón: ¿Arriesga más el pellejo un militar en sus labores cotidianas o un profesor que hace clases en una escuela de la periferia? El estudio además recuerda lo registrado en las actas, donde es posible constatar la reticencia de Augusto Pinochet de involucrar a los militares en el fracasado sistema de capitalización individual diseñado por José Piñera.
Hay dos antecedentes macro que se desprenden de este estudio publicado por la Fundación Sol (y que puedes descargar aquí).
En primer término, el estudio revela que a diciembre de 2018, Capredena pagó 70.649 pensiones de retiro (modalidad análoga a las pensiones de vejez, por edad o anticipadas, pagadas por las AFP y Compañías de Seguro). El monto promedio pagado fue de $972.354, registrándose diferencias bastante grandes entre estamentos. De esta forma, mientras quienes se desempeñaron como Oficiales reciben una pensión promedio de $2 millones, quienes jubilaron en el Cuadro Permanente de las ramas del ejército registran una jubilación promedio de $806 mil.
Al establecer una comparación entre el monto de las pensiones recibidas por los jubilados de las Fuerzas Armadas y de Orden y los civiles que han cotizado en el Sistema de capitalización individual administrado por las AFP, los resultados son concluyentes.
Mientras 684 mil personas, en diciembre de 2018, recibieron una pensión de vejez por edad de las AFP (retiro programado) y las Compañías de Seguro (renta vitalicia), cuyo monto promedio fue $227.693 (incluyendo el subsidio estatal a través del aporte previsional solidario), 37 mil pensionados por antigüedad de Dipreca obtuvieron un monto promedio de $1.085.708, vale decir, casi 5 veces más. Esta diferencia es aún mayor en el caso de los jubilados de Gendarmería que obtienen pensiones 5,9 veces mayores y de Investigaciones que con un promedio de $1.511.857 equivale a 6,6 veces más.
En el caso de las 70 mil pensiones por retiro pagadas por Capredena, el monto promedio es 4,3 veces mayor que el que pagan las AFP y Compañías de Seguro por vejez edad, diferencia que alcanza casi 9 veces si se compara con las 8 mil pensiones que reciben los Oficiales y cuyo valor promedio supera los $2 millones.
Cuando murio Arturo Prat no existian pensiones para los miembros de las FFAA ni para sus conyugues y personas como el, fueron ejemplo de probidad, rectitud y entereza, nada de lo cual observamos hoy.
Debemos avanzar a pasos solidos y rapidos para terminar con vicios como estos que provienen del pasado y otros mas recientes como ocurre con los privilegios para pensionarse no solo de las FFAA sino que tambien de los parlamentarios.
Nuestra clase politica que es la que debiese impulsar estos cambios y terminar con estos injustificables privilegios, desgraciadamente, no ha sido capaz de dar muestras de coherencia, valentia, consecuencia, probidad, transparencia e integridad. Por esto, solo resta incrementar la presion ciudadana, sin bajar los brazos, hasta ir derribando una a una estas desigualdades e injusticias garantizadas por ley.
Viva Chile