Surgen las críticas en contra de cuatro isapres “abiertas” que volvieron a subir los precios de sus planes, alzas que son calificadas como “injustificadas” por expertos pro-derechos del usuario. Lo peor es que, más encima, una ley les entregó anticipadamente las devoluciones de impuestos.
No sabemos bien si fue por la masiva y más que justificada judicialización para impedir las alzas de los planes, o bien si fue por la obligación de devolver platas a todas esas miles de mujeres a las que hicieron cotizar de más pese a que sus hijos ya habían dejado de ser unas guaguas… El caso es que cualquiera creería que los accionistas de las isapres estaban molestos y decidieron desquitarse con saña al fijar un alza en el valor de las primas como no se había visto en los últimos ocho años. Es más: esta alza en los planes es la más alta desde 2011: hablamos de un 5,1% promedio por encima de la UF.
“El alza no tiene justificación”, sostiene el director de la Fundación Creando Salud, Matías Goyenechea, quien se explica en sencillo: “La razón es que los planes de salud no incorporan nuevos beneficios, no se está cobrando por cosas adicionales. Además los planes están ajustados en UF y se reajustan de acuerdo a la UF, el IPC y otros factores”, agrega.
¿Mayor uso de tecnología? Pamplinas: la nueva tecnología también impacta en la eficiencia de los procedimientos y eso beneficia no sólo al cotizante y sus cargas, sino también a la aseguradora de salud. ¿Qué los cotizantes están más viejos? Eso no necesariamente significa que los cotizantes vayan a usar más el sistema. En cualquier caso, las mismas aseguradoras podrían hacer gestión de riesgo, pero nada de eso se ve en las isapres.
Goyenechea agrega que la misma jurisprudencia ha fijado este criterio: a mismo plan, mismo valor. Punto final. “El 99% de los planes ha fallado contra las isapres, y la Corte Suprema ha fallado en contra de los usuarios cuando hay inclusión de nuevos servicios, como la tarifa GES, pero aquí no. No se entiende esa actitud permanente de subir injustificadamente los precios”, indica este cientista político y experto en economía y salud, quien luego dirigió sus críticas a la explicación que nos entregó el superintendente de Salud, Ignacio García-Huidobro: que el alza se justificaría por la impugnación de alzas en los tribunales de Justicia, dejando entrever que la culpa es de los “usuarios”.
“El alza no tiene justificación (…) La razón es que los planes de salud no incorporan nuevos beneficios, no se está cobrando por cosas adicionales
“Es una crítica producto de una visión limitada y mezquina en el sentido de que efectivamente hay una judicializacion porque estamos efectivamente ante una industria que sube los planes para marginar más, para aumentar sus utilidades, no para ofrecer nuevos servicios. Recordemos además que las clínicas son de los mismos dueños de las isapres. Estos son holdings de salud, de esta manera toda la plata de los aumentos de los precios van al mismo bolsillo, financiado por los propios usuarios”, agregó.
Según Goyenechea, efectivamente urge la necesidad de introducir una regulación estructural que ponga atajo a la contumacia de los empresarios de la salud. No es recomendable que, antes de discutir una reforma que se pospone casi indefinidamente (aunque el ministro de Salud, Emilio Santelices, ya dijo que enviarán la prometida reforma, aunque nadie aún sepa bien qué contiene), estemos anticipadamente entregándole más plata a las isapres por la vía de traspasarle parte de la devolución de impuestos.
“Más que nuevos recursos, necesitamos una mirada sobre el sistema para resolver estos problemas. No parece justo que las isapres capturen la devolución de impuestos a las personas. Hoy se necesita una reforma que acabe con la discriminación, con un sistema de ajuste de precios basado en variables factuales y objetivos, y no en el interés privado por aumentar la ganancia”, concluyó.
Hay dos opciones entonces: o cambiarse a Fonasa o acudir a tribunales… o a la Superintendencia de Salud. No, mejor a tribunales. La respuesta del superintendente no deja otra.