46% de las/os feministas de la región ha recibido mensajes intimidatorios en su teléfono o correo personal y Chile es el país donde más personas entrevistadas sufrieron violencia fuera de las redes sociales.
Los discursos violentos tienen un alto impacto en la sociedad: impiden el intercambio de ideas, crean “burbujas” afines y acallan voces, lo que limita la libertad de expresión, afecta el debate público y, por ende, la calidad de la democracia, según concluyó el estudio ¿Es posible debatir en medio de discursos de odio?
El estudio realizado por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll Cono Sur concluyó además que los discursos de odio conspiran contra el debate público y se ensañan con los temas de género.
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El trabajo, además, busca repensar formas de potenciar la visibilidad de las reivindicaciones de la agenda de género en la región.
¿Cómo se realizó la investigación?
Para realizar esta investigación se analizaron cuentas de Twitter de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, con el objetivo de detectar acciones estigmatizantes y discriminatorias, que por violentas, acallan voces y empobrecen el debate público en torno a la agenda de la igualdad de género.
La investigación analizó 12 cuentas en Twitter a favor de la agenda de la igualdad de género y 12 cuentas en contra, de los cuatro países mencionados, entre agosto de 2019 y julio de 2020. A su vez, fueron entrevistadas 24 titulares referentes de cuentas feministas, de los cuatro países.
Los principales datos que arrojó el estudio
- La totalidad de las/os referentes feministas entrevistadas/os recibieron discursos violentos en redes sociales, y casi la mitad fue objeto de campañas coordinadas en su contra en Twitter.
- El 50% redujo el diálogo con los sectores contrarios a la agenda de género, en relación a dos o tres años atrás, a partir de las agresiones.
- La violencia trascendió las redes: el 46% recibió mensajes intimidatorios personales, el 33% violencia en la vía pública y el 4,2% en su domicilio.
- Chile es el país donde más personas entrevistadas sufrieron violencia fuera de las redes sociales.
- Además, las/os referentes chilenos declaran haber recibido las tres modalidades de violencia: estigmatización, agresiones e insultos, y amenazas directas contra su integridad física, integridad sexual y, en último término, contra su vida.
- Tres de las seis personas consultadas en Chile sostuvieron que reciben violencia diariamente.
El Plan de Acción contra el Discurso de Odio
Debido al incremento del clima de polarización a nivel global, en especial en las redes sociales, la ONU lanzó —en 2019—, el Plan de Acción contra el Discurso de Odio; al que define como “cualquier tipo de discurso, escrito o conductual, que ataca o usa lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo sobre la base de lo que son”.
Los discursos de odio tienen un efecto negativo sobre el debate público y sobre la democracia en la medida en que acallan voces. En este sentido, la investigación de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad intentó dar cuenta de, por un lado, cómo se está dando en redes el debate entre activistas feministas y sectores antigénero; y, por otro, cuánto está afectando la violencia a las intervenciones públicas del activismo feminista.
Se consolidan “burbujas” disminuyendo el diálogo e intercambio
Chile y Argentina fueron los países donde más aumentó la violencia antigénero a nivel regional; y, como contracara, donde menos debate hubo entre los dos sectores. Uruguay es el caso opuesto, allí las agresiones fueron menos frecuentes y se ha registrado un incremento del debate.
Así, en Chile y Argentina sobre todo, la violencia colabora en la consolidación de “burbujas” al interior de cada universo ideológico afín, ya que los mensajes agresivos fomentan el bloqueo de las/os usuarias/os y/o la no lectura de los comentarios; lo que resta posibilidades de intercambio.
Las/os activistas feministas —aún cuando el 70% esté dispuesta al diálogo con quienes tienen un discurso antigénero—, redujeron en un 50% sus opiniones; y el 60% dejó de leer notificaciones en las redes, a partir de las reacciones de odio.
Chile y Argentina son los países en los que la mayoría de las/os consultada/os declara haber recibido las tres modalidades de violencia, estigmatización, agresiones e insultos y amenazas directas: cuatro de seis personas en cada país. Además, el 66,7% de estos dos países han sido objeto de amenazas contra su integridad física, integridad sexual y, en último término, contra su vida. En Paraguay y Uruguay el 50%.
A quiénes persiguen estos agresores
El activismo feminista, la identidad de género y la orientación sexual fueron expresadas como las principales razones por las cuales se recibieron agresiones. Se destacan los ataques hacia los cuerpos (aspecto físico), las capacidades de decidir sobre estos, y la idoneidad. Esta mecánica aparece contra las mujeres y las identidades trans.
Al interior de cada país, la mitad de las/os referentes entrevistadas/os aseguró haber sufrido agresiones coordinadas en la red. En Chile, tres de las seis personas consultadas sostuvieron que reciben violencia diariamente.
“El ciberactivismo feminista ya no intervene de la misma manera en los espacios de discusión, para promover una accion o exponer un punto de vista, dado que esas intervenciones tienen un alto costo. Lamentablemente, el objetivo buscado por quienes despliegan discursos de odio y acciones violentas, que es acallar y restringir voces, en muchos casos se está cumpliendo”, expresó la coordinadora de la investigación y presidenta de Comunicación para la Igualdad, Sandra Chaher.
Poca vigilancia a mensajes de odio
Los desafíos en términos de regulación, como por ejemplo un nuevo marco regulatorio, aparecen como una necesidad en las redes sociales por parte de las/os activistas feministas frente a los discursos violentos, no así a los estigmatizantes. En la actualidad, las redes vigilan menos los mensajes de odio explícitos que los desnudos (artísticos, ilustraciones, e incluso imágenes relacionadas con la salud).
El pedido de moderación se dio especialmente en las referentes de Chile, Argentina, y Uruguay. En cambio, en el caso de las participantes de Paraguay, todas se manifestaron por la prohibición de discursos agresivos.
En cuanto a cómo llevarlo a la práctica, la mayoría consideró que debe haber un trabajo conjunto entre los estados y las empresas proveedoras de servicios de Internet y las redes sociales. También, surgen referencias a la participación de organizaciones de la sociedad civil, en Chile, Uruguay y Paraguay.
Los medios de comunicación tradicionales (prensa gráfica, radio, televisión y portales de noticias) en general utilizan la estrategia de las “dos campanas” para tratar la agenda de la igualdad de género, lo que los lleva a no moderar el debate y reducir la complejidad de las problemáticas. Esto deriva en beneficio de los discursos violentos que, por sus lógicas más simples, terminan por imponerse. En estos casos, influye también que el escándalo y los agravios generan rating y visibilidad.
Ciberactivismo latinoamericano
Se reconoce entre los sectores feministas el avance de este movimiento social autónomo en la era digital, que usa las TICs como medio y objeto de transformación. Se destaca la creciente masividad en convocatorias virtuales, la mayor participación de las jóvenes en el ciberespacio y el uso cotidiano de Twitter e Instagram como plataformas activistas.
Un punto a destacar es que las cuentas feministas tienen seguidoras/es que funcionan como grandes amplificadoras/es de su discurso, ya que poseen un caudal muy alto de personas que las siguen. En una de las conversaciones analizadas, participaron unas 30 cuentas, todas arriba de las/os 120.000 seguidoras/es que, en total, sumaban casi 20 millones.
Los hitos del ciberactivismo fueron, por ejemplo en Chile, el posicionamiento del tema paridad de género, a partir de las protestas sociales y políticas desde noviembre del 2019, que se reflejó en las siguiente etiquetas: #10DParidadYa, #ConstituyenteParitaria o #constituyenteparitaria.
En Argentina, se destacaron #NiUnaMenos —particularmente en la primera convocatoria del 2015—, y #AbortoLegal —especialmente el debate que se dio en 2018 en el Congreso—.
Entre los desafíos se destacan la formación en ciberseguridad y uso estratégico de los entornos digitales, más conocimiento de los alcances de las redes y sus consecuencias, y mayor prudencia y autocuidado. También, pensar usos específicos para TikTok, espacio preponderantemente para jóvenes, y otras redes como YouTube aún subutilizada; buscar la disminución de la brecha digital de género; y profundizar la relación regional para trabajar consignas y fechas clave.
Otros datos de la elaboración del estudio
Se analizaron 24 cuentas referentes en la red social Twitter: 12 cuentas a favor de la agenda de la igualdad de género y 12 en contra; de Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, y su desempeño entre agosto de 2019 y julio de 2020. En cada país, fueron analizadas 6 cuentas (3 de cada grupo), y por cada país, fue seleccionada 1 cuenta institucional y 2 de referentes individuales.
Se obtuvieron resultados vinculados a las métricas de Twitter (cantidad de seguidores/as, promedio de publicaciones y rendimiento de las mismas); se construyó un mapa de calor (intensidad de actividad de cada cuenta); se evaluaron las reacciones a los tuits (ratio); se realizó minería de texto (análisis de palabras frecuentes).
También, se conformó una muestra atenta a criterios de diversidad de género, en la que fueron entrevistadas/os 24 activistas feministas de los cuatro países analizados, en la que cuatro se identifican como trans o travestis —una por país—, una como lesbiana, un varón cis y el resto fueron mujeres cis. Se utilizó como base un cuestionario estructurado de 34 preguntas cerradas, y se realizaron, en algunos casos, tres preguntas cualitativas para profundizar los temas abordados.