Heraldo Muñoz fue el primer precandidato presidencial que se anuncia como tal para la presidencial de fines de 2021. Desde que se postuló ha recalcado la necesidad de pasar a un estado de bienestar que, paradojalmente, se torna mucho más difícil de implementar si continuamos limitando la soberanía con la firma de tratados de libre comercio, cosa de la que es 100% partidario. Por cierto: Heraldo Muñoz es uno de los principales impulsores del TPP-11, un tratado que aún está lejos de morir.
Heraldo Muñoz va por la vida posando de progresista y socialdemócrata, declarándose como un político que no es político (aunque toda la vida haya trabajado de político), o al menos no el sentido más tradicional del término. Lo extraño es que el bueno de Heraldo Muñoz se ha dedicado a hacer lo que todo político ha hecho desde la recuperación de la democracia: trabajar de forma infatigable para que los ricos de Chile sean todavía más ricos. ¿Y cómo? Pues abriéndoles nuevas oportunidades de negocio en el exterior, a costa, cómo no decirlo, de joderle la existencia a millones de chilenos que ya están hartos del desastre ambiental que les toca sufrir.
Es que detrás de esa clásica postura de candidato siempre hay mucho de impostura, cree Lucía Sepúlveda, de Chile Mejor sin TLC, más si atendemos al enorme compromiso que ha mostrado el excanciller con la firma del Trans-Pacific Partnership-11. “No olvidamos que cuando (Donald) Trump enterró el tratado, este heraldo de Bayern, Monsanto, las mineras y las farmacéuticas organizó, a comienzos de 2017, una reunión en Viña del Mar para reflotarlo”, sostiene.
“Y a nosotros nos reprimieron duramente cuando fuimos a protestar. Él solo escucha a los poderosos. Que no se venga a hacer el demócrata, este buzón y heraldo del TPP-11”, agrega Sepúlveda, quien recuerda que “el excanciller de Michelle Bachelet ha sido el principal emisario de los intereses de las corporaciones trasnacionales. No quiso escucharnos cuando hicimos nuestras objeciones al secretismo de las negociaciones en torno a un tratado que nos deja sin salud, sin soberanía y sin semillas”.
¿El TPP-11 está vivo o enterrado? ¿Está en la UTI? ¿Es una amenaza pasada o futura para Chile? De ningún modo podemos confiarnos en que el tratado esté desahuciado. “La gente de la Concertación, de Chile Vamos y el mundo empresarial son oportunistas y no han renunciado al TPP. Nunca lo han dicho públicamente no ya porque tomaron conciencia de lo dañino que es, sino sólo porque no se atreven, porque saben que las revueltas fueron para recuperar derechos arrebatados y para hacer frente a un modelo que está resguardado por los tratados de libre comercio”, señala.
“La incógnita es qué hará Joe Biden. Pero el mundo de la Concertación, Chile Vamos y los empresarios son defensores del neoliberalismo que ha destruido los territorios, que ha pisoteado derechos. Por eso consagraron la intangibilidad de los tratados cuando negociaron el plebiscito constitucional, y seguro que están a la espera de reactivarlo de nuevo”, añade.
“Por nuestra parte creemos que esta es la hora exacta de enterrar este tratado y que sea la Convención Constituyente la que soberanamente decida cómo despejar estos obstáculos que nos ha puesto esta apertura comercial neoliberal consagrada en estos tratados”, concluye.