La noticia causó escozor y desazón en el mundo científico y una ciudadanía harto del subdesarrollo. Es muy probable que esta partida sea rechazada tal como se hizo el año pasado. 

Es lamentable, pero en cierta medida resulta comprensible que el Ministerio de Hacienda haya reducido en más de 15 mil millones de pesos el presupuesto para ciencia en 2018. Al menos es la opinión que ya se han formado científicos e investigadores como el doctor y académico de la Universidad de Chile Jorge Babul, del Consejo de Sociedades Científicas, que ven con preocupación esta nueva señal de lo que ya parece evidente, casi indesmentible: la ciencia no tiene ninguna importancia para gran parte de la clase política de este país, cuya inversión en la materia apenas llega al 0,4% del Producto Interno Bruto, muy lejos del 4% que invierten los países más desarrollados de la OCDE.

De los 698 mil millones de pesos asignados a ciencia en 2017 pasamos a 682 mil millones y fracción para 2018.  “Yo lo comprendo. ¿Por qué alguien tendría que entregarle más recursos a ciencia si esa persona no sabe cuál es el aporte de la ciencia al desarrollo y la humanidad? Lamentablemente muchos políticos no saben cuál es su contribución, cual es el aporte de la ciencia en la vida cotidiana de las personas”, sostiene Jorge Babul.

“Ni Conicyt (N. de la R.: Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica) tiene claro cuántos somos y qué hacemos. Lo peor es que Conicyt además no sabe lo que quiere. Chile no sabe qué quiere. Yo creo que hay una desconexión fuerte entre políticos, sociedad civil y científicos. Nos ha faltado hacerle sentido a las personas del aporte científico a su vida, que la señora que calienta el agua en un calefactor eléctrico para tomarse un té sepa y valore que eso es posible gracias a la ciencia, igual que la vacuna que le ponen a su hijo o su nieto. Hemos ido mejorando, pero falta todavía”, añade.

Jorge Babul, doctor en Bioquímica, Presidente de las Sociedades Científicas de Chile.

Sin embargo, a este ritmo, parece difícil que Chile llegue, al menos, al 1% de PIB que varios candidatos presidenciales han fijado como meta en el corto plazo. “Me gustaría saber cuándo llegaremos a esa meta. ¿En cuatro años? ¿En diez? ¿En cincuenta? Nadie sabe. Nadie dice nada”, sostiene el académico e investigador.

¿Cómo valorar y ponderar la reducción de presupuesto en ciencia para 2018? Jorge Babul hace una relación interesante: “Esos 15 mil millones de pesos es una cifra relevante. Por ejemplo, esa cifra es más del doble que lo que este mismo presupuesto le asigna al programa de inserción de investigadores en las empresas y la academia, que cuenta con 6 mil 400 millones, más o menos”.

Y continúa: “El Fondequip, este fondo concursable para equipamiento, tiene presupuestada una asignación de 5 mil 400 millones, casi un tercio del monto que se le quita a ciencias. El programa Explora, que permite difundir precisamente el valor de la ciencia, tiene asignados unos 6 mil millones de pesos. Para el programa de cooperación internacional reservan unos 4 mil 600 millones… ¡El personal de Conicyt sale aproximadamente 7 mil 800 millones! En fin”, dice Babul, quien desmiente, no obstante, a ciertos parlamentarios que han denunciado una merma en los recursos para el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt: “Hay quienes han salido a decir que es un 25% inferior, un 20%… Hay un error ahí. Hubo unos ajustes en determinados concursos, pero en el global es incluso mayor. Al menos Conicyt, que es la mitad del presupuesto destinado a ciencias, tiene 328 mil millones de pesos, frente a los 314 mil de 2017”.

El Soberano

La plataforma de los movimientos y organizaciones ciudadanas de Chile.

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