Por dos votos contra uno, el Tribunal Ambiental de Valdivia decidió anular el permiso que le concedió a Mina Invierno para emplear tronaduras en sus labores extractivas de carbón sub-bituminoso en Isla Riesco. Sin embargo, los líderes del movimiento Alerta Isla Riesco, si bien se declararon conformes con la decisión del tribunal, expresaron su cautela toda vez que la empresa puede continuar con sus operaciones tendientes a abastecer, en último término, a las termoeléctricas instaladas en zonas de sacrificio como Huasco y Quintero-Puchuncaví.
“Es una muy buena noticia, porque era muy difícil obtener una respuesta favorable a nosotros por la enorme presión que ejercía la empresa y los gobiernos, no sólo éste. La empresa, recordemos, incluso sacó a los trabajadores a la calle a marchar. Entonces había un clima que hacía muy difícil rechazar las tronaduras, más en un periodo donde hay menos crecimiento y comienza a escasear el empleo”.
Son palabras de Ana Stipicic, coordinadora nacional del movimiento Alerta Isla Riesco, tras enterarse de la decisión del Tribunal Ambiental de Valdivia de anular el permiso para el empleo de tronaduras en las labores extractivas de Mina Invierno, decisión que podrá constituir una lápida para la continuidad de este controversial desarrollo minero. Pero hay que tener cuidado, avisa Stipicic.
“Es importante aclarar que Mina Invierno puede seguir operando, sólo que puede seguir haciéndolo por medio de la extracción mecánica del mineral”, declaró.
En lo concreto, la coordinadora de Alerta Isla Riesco dijo que “cabe la posibilidad de que esta exigencia de usar tronaduras haya sido sólo una presión para aumentar el margen de ganancia. No debemos olvidar que, a pesar de este revés, Mina Invierno tiene una resolución ambiental favorable y continúa extrayendo carbón para cumplir con sus compromisos con las termoeléctricas de Huasco y Quintero-Puchuncaví. Claro, también es posible que la mina deba cerrar operaciones como dicen ellos. Pero hay que esperar”, agregó.
-Si se procede al fin de las operaciones, ¿cómo harán para garantizar un correcto cierre de faenas? La empresa tiene comprometido el cierre del rajo, reposición de masa forestal…
-Ahí tenemos muchas dudas. Estamos en mitad de la Región de Magallanes, y la Superintendencia de Medio Ambiente no tiene la capacidad para fiscalizar el cumplimiento de un cierre de faenas tal como establece la normativa. Es algo que la Superintendencia ha reconocido; que no hay recursos, que no hay personal… Y eso es tarea que le corresponde a la Superintendencia y al Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minas).
-¿Qué fue lo más bajo que hizo la empresa? ¿Poner a los trabajadores como escudos humanos?
-Entendemos el perjuicio que esto causa a los trabajadores, pero a ellos les decimos que no es al tribunal ni a los vecinos de Isla Riesco a los que deben presionar, sino a la empresa, que es la que no está haciendo bien las cosas. Debemos comprender que la empresa quería cambiar el corazón de su plan de negocio, pues modificaba todo el diseño de la faena minera que fue aprobada por la autoridad. Este proyecto fue aprobado a condición de no usar tronaduras. Claro; igual entendemos que esto al gobierno lo complica, y entendemos que haya cerrado filas con la empresa, porque ningún gobierno quiere saber de pérdidas de empleos, menos con los indicadores que tenemos.
-Qué incumplimientos fueron constante en su “plan de manejo” comprometido en los procesos de evaluación ambiental.
-Este desarrollo minero lleva operando desde 2011 y desde el primer momento evidenció incumplimientos. Las piscinas de decantación, que permiten abatir los sólidos del rajo minero, tienen agua que brota de las napas subterráneas y de la que cae con la lluvia, y toda esa agua contaminada con carbón salía por los cursos de agua, como riachuelos y esteros, y terminaban en el mar. La contaminación de ríos y el mar fue constante. Sumemos los derrames de carbón en las costas, la corta de 400 hectáreas de bosque nativo, el secado de una laguna… La empresa dijo que trasladaría todos los nidos de pájaros carpinteros, los coipos de la laguna… ¿La verdad? No tenemos idea de cómo anduvo eso. Ni hablemos de lo que significa su impacto en otras zonas del país, ya que el carbón sub-bituminoso B y C, de baja calidad, de relleno prácticamente, es usado en las termoeléctricas de las zonas de sacrificio que hay en las zonas norte y centro del país. En suma, tenemos 1.500 hectáreas de afectación en Isla Riesco debido a esta mina a rajo abierto para alimentar generadoras eléctricas que causan un impacto enorme en tiempos que vemos los efectos del cambio climático.
-Todo proyecto minero se vende como portador de prosperidad. ¿Se cumplió esta promesa? Al menos en infraestructura, como carreteras… en fin.
-Nada de eso. No dejó ni carreteras ni nada. Estos proyectos, como todos los demás, tributan en Santiago. Desde luego no se puede negar que hay una fuente laboral que puede desaparecer, y eso es terrible para los 500 trabajadores de Mina Invierno y los 800, 1.000 o 1.200 contratistas que emplea. Claramente aquí va a haber un efecto negativo para los trabajadores, pero si uno hace el balance, ¿cómo ponemos en el balance los costos que este desarrollo ha traído? ¿Cómo cuantificamos el daño medioambiental, la pérdida de biodiversidad, el impacto en el parque marino Francisco Coloane, o en el mismo Quintero-Puchuncaví y Huasco?
-Todo proyecto impacta en los territorios. Por de pronto rompe comunidades y separa a los que se allanaron a colaborar con ellos y aquellos que se oponen. ¿Cómo quedó la comunidad en Isla Riesco?
-Los habitantes de Isla Riesco nos conocemos hace tantos años. Desde la época de nuestros abuelos, con las primeras estancias. Somos unas cien personas. De repente llegaron 500 personas más, muchos estancieros vendieron sus campos porque sintieron que no podrían luchar contra un gigante que representa a grupos económicos tan fuertes como Ultramar y Copec, de los Von Appen y Angelini, respectivamente. Muchos se rindieron, y nosotros los entendemos. Al final, los que estamos en la lucha somos los convencidos, y eso ha causado enormes costos personales. No estamos peleados con nuestros vecinos, pero creo que hubiéramos hecho algo más poderoso defendiendo todos juntos defendiendo nuestra tierra.
¿Mina invierno ha sido buen vecino?
En un comienzo quisieron dialogar con nosotros, cuando el proyecto estaba en pañales. Pero después vieron que nuestra posición no era intermedia, que estábamos decididos a rechazar el proyecto sin importar cómo se haya presentado. Y ahí nunca más hubo diálogo.