Directora ejecutiva de Aprofa, Débora Solís, teme que la inexplicable tardanza del Ministerio de Salud obedezca a un postrero intento por licuar una ley que tensionó tanto a la coalición de gobierno.
El Gobierno progresista de Michelle Bachelet reconoce ahora que el reglamento del famoso “programa de acompañamiento”, reglamento que hace operativa la ley de despenalización del aborto bajo las causales de violación, inviabilidad fetal y riesgo de muerte para la madre, no estará listo dentro del plazo legal de 90 días a contar de la promulgación de esta ley el pasado 13 de septiembre.
Según informó el mismo Ministerio de Salud, tal reglamento aún no es enviado a Contraloría (el plazo expira el 23 de diciembre), lo que retrasa la entrada en vigor de una ley tan esperada por las mujeres, en especial las más vulnerables.
El diario La Tercera recuerda que el programa de acompañamiento es un derecho que tienen las mujeres “tanto en su proceso de discernimiento, como durante el período siguiente a la toma de decisión, que comprende el tiempo anterior y posterior al parto o a la interrupción del embarazo, según sea el caso”. De ese modo, las mujeres podrían optar por “acciones de acogida y apoyo biosicosocial ante la confirmación del diagnóstico y en cualquier otro momento de este proceso. En caso de continuación del embarazo, junto con ofrecer el apoyo descrito, se otorgará información pertinente a la condición de salud y se activarán las redes de apoyo”. Este apoyo podrá ser prestado por el Estado y por organizaciones de la sociedad civil. El problema es que, a casi 90 días de promulgada la ley, nadie sabe bien, entre otros puntos, cuáles serán esas organizaciones y cuáles serán sus facultades.
“Es lamentable. Me parece que hay desprolijidad y una tardanza que cuesta explicar y que impide a las mujeres hacer ejercicio de un derecho que costó tanto ganar”, dijo la directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Protección a la Familia (Aprofa), Débora Solís.
“La experiencia nos dice que en la elaboración del reglamento muchas veces se obstaculiza el espíritu de una ley. De esa manera es que los reglamentos suelen ser mucho más conservadores que la ley misma, y es a través de los reglamentos, tanto en plazos como en la redacción, donde se licúan o morigeran los alcances de una ley”, agregó, suspicaz, la directora de Aprofa.
“Decimos que la ley de despenalización del aborto bajo tres causales es progresista, aunque en el mundo entero tener una ley de este tipo, para tres situaciones tan extremas, no tiene nada de progresista. Pero sin duda pasó algo aquí porque hablamos de una ley que tensionó demasiado al gobierno actual”, concluyó, temiendo que el retraso obedezca, probablemente, a una estratagema tendiente a desvirtuar una legislación que irrita a los espíritus conservadores de la coalición gobernante.
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