Sebastián Piñera Echeñique se reunió con las directivas de los partidos que integran Chile Vamos para dar un impulso a su reforma al sistema de pensiones, la misma que se encuentra congelada en el Senado. El movimiento social cree que el objetivo es legitimar un sistema quebrado socialmente.
Con preocupación -y cierta dosis de irritación- reaccionaron representantes de organizaciones sociales y expertos al anuncio del gobierno de impulsar su reforma de pensiones. Y no se quedaron ahí: expresaron la seria sospecha de que, detrás de todo, se encuentre la voluntad de Chile Vamos, así como de ciertos sectores de la ex Nueva Mayoría y gran parte del empresariado, de legitimar in extremis un sistema que fracasó irremediablemente en su propósito.
“Nos parece grave y lamentable”, señaló el coordinador de No Más AFP, Luis Mesina, quien afirmó enseguida que “es preocupante que haya gente en la ex Nueva Mayoría o ex Concertación que está dispuesta a negociar sobre el 6% adicional de cotización y nada diga del 10% restante, por lo que permitirá a las AFP seguir controlando un gigantesco caudal de recursos”.
Lo anterior, según Mesina, que el objetivo es “consolidar los pilares del modelo económico que la mayoría cuestionó” y mantener con vida a administradoras que son dirigidas, en último término, por la industria financiera, lo que podría verse en jaque en la futura discusión constitucional toda vez que una mayoría de constituyentes podría, llegado el caso y atendiendo el clamor popular, consagrar el derecho a seguridad social. En tal caso, todo cuanto se legisle al respecto por el actual congreso quedaría fuera del futuro marco constitucional.
En esa línea, el coordinador de No Más AFP llamó a discutir sobre la propuesta técnica elaborada y actualizada por la Fundación Sol, una iniciativa que contempla un sistema que opera en base a la solidaridad y proyectado sobre escenarios económicos muy conservadores, con reservas técnicas, de carácter verdaderamente contributivo, tripartito y que, por la vía de establecer pisos mínimos y universales, reconoce el trabajo doméstico que realizan las mujeres, fundamentalmente. Este trabajo fue dado a conocer este martes 6 de octubre por los investigadores Francisca Barriga y Marco Kremerman.
Esta propuesta se adecua a los fenómenos asociados a un mercado laboral precario, según aclaró Marco Kremerman, “donde hay bajas remuneraciones, de baja densidad, con muchos trabajadores informales, reconociendo que hay todo un mundo de trabajadores que está al margen del sistema actual”, como son aquellos que se desempeñan en las industria digital de servicios tales como las plataformas Uber y Rappi.
“Nuestro actual sistema no se ajusta a la realidad del mercado laboral, y eso se ve cuando vemos que el 80% se autofinancia pensiones inferiores al salario mínimo. Nuestra propuesta incluso promueve la dependencia laboral”, señaló a su turno Barriga.