Con avances lentos y continuas restricciones por parte de la derecha chilena, la interrupción voluntaria del embarazo ha sido uno de los principales temas a discutir sobre derechos sexuales y reproductivos. En la actualidad, es un derecho que se ve lejano a estar presente en Chile.
Tras el rechazo a la propuesta de nueva constitución, los derechos sexuales y reproductivos vuelven a quedar en duda ante una Constitución de 1980 que frena esta legislación. Es más, se vuelve a un punto de inicio donde el derecho al aborto libre y seguro se ve lejano. Acá repasamos los hitos y las razones de por qué el proyecto de aborto libre y seguro, que quiere impulsar el gobierno, se ve poco esperanzador.
El aborto en la Constitución que no fue
En la propuesta de nueva constitución, específicamente, en el Capítulo II sobre «Derechos fundamentales y garantías», en su artículo 61, inciso 1, señalaba “Toda persona es titular de derechos sexuales y reproductivos. Estos comprenden, entre otros, el derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, sobre el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción”. Cuando este artículo fue aprobado por el pleno de la Convención Constitucional se celebró de forma masiva con pañuelos verdes a las afueras del ex Congreso Nacional.
En el inciso 2 del mismo articulo, se refiere a la interrupción voluntaria del embarazo, “El Estado garantiza su ejercicio sin discriminación, con enfoque de género, inclusión y pertinencia cultural; así como el acceso a la información, educación, salud, y a los servicios y prestaciones requeridos para ello, asegurando a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar las condiciones para un embarazo, una interrupción voluntaria del embarazo, un parto y una maternidad voluntarios y protegidos”.
El aborto en Chile antes y después de Pinochet
Desde el 31 de mayo de 1931 el aborto terapéutico fue legal en Chile. Sin embargo, el 24 de agosto de 1989 Augusto Pinochet declara ilegal el aborto a 7 meses de dejar el poder tras 17 años de dictadura. “No podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”, dijo el dictador.
El logro del aborto en tres causales
Para ver un avance importante en temas de aborto en Chile, se tuvo que esperar hasta el año 2014 con el anuncio del proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales. Durante su primera cuenta pública de su segundo mandato, la presidenta Michelle Bachelet señaló, “Chile debe enfrentar en una discusión madura, informada y propositiva esta realidad, debatiendo en el Parlamento un proyecto de ley que despenalice la interrupción voluntaria del embarazo en casos de riesgo de vida de la madre, violación e inviabilidad del feto». El proyecto ingresó al Congreso Nacional el 31 de enero del 2015.
Finalmente, tras una larga discusión, que terminó con un acuerdo en Comisión Mixta, con principal controversia en la causal de violación con frenos de la derecha, el Senado aprobó el proyecto el 2 de agosto de 2017. Sin embargo, parlamentarios de Chile Vamos presentaron dos requerimientos ante el Tribunal Constitucional que fueron aprobados y recogidos. Once senadores presentaron este documento señalando «no despenaliza la ‘interrupción voluntaria del embarazo’, sino que legaliza el aborto directo o provocado».
Tras haber escuchado a 135 organizaciones y recibir más de 200 informes redactados por instituciones de la sociedad civil, el Tribunal Constitucional aprobó el proyecto de las tres causales de 6 votos contra 4.
El actual Congreso y los peligros de un retroceso
Desde ese momento solo se ha retrocedido. El 28 de septiembre de 2022, Cristóbal Urruticoechea y Harry Jürgensen, diputados del Partido Republicano, presentaron un proyecto de ley que busca la derogación de dos de las tres causales legalizadas. “Hay múltiples formas de salvar la vida que se engendra dentro del vientre de una mujer que ha sido violada, tal vez una de las causales con más lógica para algunos. Al violador todas las penas que existen y más, pero al inocente, vida. Por lo demás, una mujer que ha sido violada y aborta no se ‘desviola’ ni física ni moralmente“, señaló el diputado Cristóbal Urruticoechea.
Ante estas declaraciones, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, en el programa Tolerancia Cero del 2 de octubre, dio el anuncio que el gobierno ya estaba trabajando en proyecto legislativo que buscaba permitir el aborto legal y seguro, donde ya se iniciaron conversaciones con diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Este anuncio no cayó bien en sectores de oposición. El presidente de la UDI, Javier Macaya, sobre este proyecto señaló, “entiendo que está en el programa de gobierno el tema del aborto y en el actual momento me parece una torpe provocación, creo que no conversa con el ánimo ni el espíritu de diálogo que se tiene que generar a propósito de la conversación constituyente”.
Tras diferentes declaraciones en contra del proyecto, la vocera de gobierno, Camila Vallejo, salió a calmar las aguas, “se ha creado una falsa polémica respecto a declaraciones que fueron bastante claras. No olvidemos de dónde surge este debate y quisiera poner en contexto por qué estamos hablando de la interrupción del embarazo. Esto surge por las aberrantes declaraciones de un parlamentario de ultraderecha, el diputado Urruticoechea, quien trató de instalar con una misoginia preocupante que las mujeres no se desviolaban”.
“La ministra Orellana fue muy clara en decir que esto no se iba a ingresar este año y que iba a abrir responsablemente un diálogo. Ningún demócrata en nuestro país, en pleno siglo XXI, puede oponerse a que se abran espacios de diálogo sobre lo que es la salud de las mujeres y sus derechos sexuales y reproductivos”, concluyó Vallejo.
Ante el escenario actual tras el plebiscito, el futuro de la aprobación de aborto se ve bastante lejano. Con un Congreso con una mitad de derecha, con parlamentarios como Macaya y Urruticoechea, el progreso del proyecto de aborto libre y seguro, que quiere impulsar el gobierno, se ve poco esperanzador.
