Destrucción de lagos y zonas costeras por el vandalismo de la industria salmonera, sequía y empobrecimiento de comunidades emplazadas en zonas entregadas al desarrollo de monocultivos, saqueo de agua por doquier, enormes zonas de sacrificio que deterioran la salud de miles de personas sin que nadie mueva un dedo, cientos de relaves que produce una minería que ni siquiera paga impuestos y que ha dejado de generar puestos de trabajo… La lista  de atentados ambientales es tan larga que es casi obvio que el gobierno de Piñera las verá negras en diciembre, según anticipa Rodrigo Mundaca, cuando cientos de periodistas y corresponsales de los principales medios de comunicación visiten nuestro país. Los movimientos están en alerta y preparándose para jornadas llenas de movimiento.

El gobierno seguramente cree que la próxima COP25 que se celebrará en Chile será una buena oportunidad para mostrar los avances de nuestro país en la materia. Seguramente cree que podrá lucirse hablando de cómo el país logró estimular la generación de energías limpias, de cómo aumentaron las áreas protegidas, y no será nada extraño que el Presidente Piñera -fiel a esa tendencia a comportarse con un entusiasmo tan irreflexivo como pletórico de infantil atarantamiento- le hable al mundo de su plan nacional de descarbonización, uno que suena absurdo y descomprometido por la excesiva lejanía de su horizonte.

¿Será una vitrina para lucirse? Nones. Definitivamente. El mismo Rodrigo Mundaca, dirigente del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), cree que la cumbre climática, que se llevará a cabo entre el 2 y el 13 de diciembre próximo, será la vitrina que aprovecharán las comunidades a lo largo de todo Chile para visibilizar sus propios conflictos ambientales, conflictos que son tan variados como numerosos según lo garantiza un modelo de desarrollo primario-exportador y extractivista que, a falta de innovaciones técnicas, debe arrasar con la naturaleza para generar valor, no importando si con ello deteriora las condiciones de existencia de quienes viven en las área de influencia de tan dañinos desarrollos “productivos”.

Serán días de movilizaciones porque Chile es ejemplo de una economía ecocida, dice Mundaca. “Sabemos que habrá cientos de periodistas acreditados en Chile, de los medios más prestigiosos e importantes, para cubrir esta cumbre climática”, reconoce Mundaca. “Y obviamente que no sólo van a cubrir las alternativas del encuentro, sino también querrán ver in situ los conflictos territoriales que motivan esas protestas, así que estamos muy atentos. De todos modos nosotros hemos logrado visibilizar la realidad que se vive en la provincia de Petorca, pero otros territorios harán esfuerzos por visibilizar también sus propios conflictos”, alerta el dirigente social respecto de las perspectivas que abre la cumbre climática a efectos de denunciar los crímenes ambientales que se cometen en Chile.

Rodrigo Mundaca, dirigente de Modatima

“Voy a citar al poeta cubano José Martí: ‘Hay cosas que para ser ciertas tienen que andar ocultas’. Nosotros vamos a hacer lo que lo que tenemos que hacer en la previa, durante y después de la COP25, no obstante siempre participamos en instancias de articulación como la Cumbre de los Pueblos y el Movimiento de Acción Climática. Hay compañeros nuestros que nos representan en ambas instancias, pero la respuesta de los territorios esta vez será muy distinta pues sabemos que el gobierno de (Sebastián) Piñera intentará instalar discusiones engañosas que no cambiarán las condiciones de vida del pueblo sencillo que ha sido privado de agua, de tierra, y de un medioambiente libre de contaminación, como vemos en Quintero y Puchuncaví. No diremos qué va a ocurrir, pero serán jornadas muy intensas”, agrega Rodrigo Mundaca.

Una de los reclamos que tendrán más notoriedad será, de hecho, la monstruosa y aberrante apropiación del agua en Dictadura, un hecho consagrado constitucionalmente, y que está en la base de muchas de las fortunas existentes en Chile, según Mundaca. “El Código de Aguas es de 1981. Llevamos 38 años con un régimen jurídico que convierte en agua en un bien de capital que genera plusvalía para quienes son dueños de sus derechos sin haber pagado un solo peso por ellos. Sabemos que modificar este régimen jurídico por la vía institucional será muy difícil por toda la gente involucrada y por los enormes intereses en juego”, dice el dirigente social.

-Lo acabamos de ver con el escándalo de Essal en Osorno.
Tal cual. Lo de las sanitarias es muy ilustrativo. Guillermo Pickering era subsecretario de Obras Públicas en 1998 cuando se promulgaba el nuevo régimen jurídico de las sanitarias y al tiempo se fue a trabajar a la Asociación Nacional de Servicios Sanitarios. Luego se fue a presidir el directorio de Essal, subsidiaria de Aguas Andinas, cuyo directorio también presidió. Hoy Piñera instaló en el directorio a Luis Mayol, quien, en calidad de intendente de La Araucanía, tiene responsabilidad política en la muerte de Camilo Catrillanca, y como director suplente puso a Mauricio Rojas… este tipo de personas demuestra la compleja trenza de intereses y vinculaciones políticas que hay detrás de esta estructura de poder”.

Si los derechos dejan de ser perpetuos, entonces los empresarios dueños de esos derechos ya no podrían venderlos, no al menos al nivel que vemos actualmente. Para poder vender un bien, es necesario que uno sea propietario de ese bien y disponer de él indefinidamente. Es un poco obvia la razón de por qué se oponen a una modificación legal…
Evidentemente que existe un interés bursátil por mantener la propiedad privada del agua para seguir especulando con ella. Recordemos que hace poco la Sociedad Nacional de Agricultura, el Consejo Minero y hasta la Asociación de Bancos pagaron un inserto en 18 diarios diciendo que cualquier alteración al régimen jurídico podría tener serias consecuencias para la institucionalidad política y económica del país. Es una amenaza velada. En el fondo están diciendo que cualquier alteración a la propiedad privada de las aguas puede provocar acciones como las vividas en Chile en tiempos pretéritos.

-Ellos dicen que este régimen ha generado el cuadro de estabilidad necesario para hacer las inversiones. ¿Qué inversiones han hecho?
Ninguna. Cero inversión. Simplemente se apropiaron de agua y la utilizaron para la industria extractiva; para la minería, el agronegocio, las hidroeléctricas y las forestales. De qué inversión hablan.

-Desde este gobierno se ha planteado la posibilidad de construir una carretera hídrica…
Imposible. Ese es un proyecto sin factibilidad técnica que, además, demandaría una inversión de más de 27 mil millones de dólares. Es un proyecto demencial y faraónico. Pensemos que las cuencas del sur, como las de la región de La Araucanía, ya están con derechos sobreotorgados. Hay derechos eventuales disponibles, pero eso depende de la situación pluviométrica. Yo creo que estas ideas están planteadas para calmar las protestas territoriales por la falta de agua.

Pero algo se ha avanzado, ¿no?
Sí. No tenemos grandes triunfos, como podría ser cambiar el régimen jurídico de las aguas, pero muchos hombres y mujeres sencillos hemos logrado instalar en el imaginario colectivo la idea de que el agua es un derecho humano, un bien común y no un bien de capital transable en el mercado, y que la apropiación del agua está en el origen de la desigualdad social y económica. Hay más conciencia sobre el tema. Hace diez años nadie nos escuchaba. Hoy puedo decir que la cosa es muy distinta, ya que he dado dos veces la vuelta a Chile hablando en universidades, juntas de vecinos, en poblaciones, y la receptividad de la gente es distinta. La conciencia por la recuperación del agua hoy es mucho mayor, y eso también es una victoria.

El Soberano

La plataforma de los movimientos y organizaciones ciudadanas de Chile.

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